El Papa Francisco aprobó los decretos para la canonización de Carlo Acutis, el joven enterrado en Asís, y del padre José Allamano, fundador de los Misioneros de la Consolata. También serán canonizados un grupo de franciscanos martirizados en Damasco en 1860, mientras que se beatificará a un misionero de la Preciosa Sangre y a dos mártires del comunismo.
Alessandro De Carolis – Ciudad del Vaticano
La historia de Carlo Acutis es conocida por muchos. Desde muy joven, demostró un talento para la informática junto con un gran corazón, ayudando a sus compañeros desde niño. En 2006, a los 15 años, había dejado una huella profunda con su fe y amor por la Iglesia, destacando su exposición sobre los milagros eucarísticos. Falleció en octubre de ese año debido a una leucemia fulminante, pero su legado perdura. Fue beatificado en 2020 en Asís, donde su tumba es visitada por numerosos peregrinos.
Una de esas peregrinas, Liliana de Costa Rica, visitó su tumba el 8 de julio de 2022. Había dejado una carta pidiendo por su hija Valeria, quien había sufrido un grave accidente de bicicleta el 2 de julio. Tras días críticos en el hospital, Valeria comenzó a mejorar de manera inexplicable el mismo día que su madre rezó en Asís. Su recuperación completa y rápida fue vista como un milagro atribuido a la intercesión de Carlo Acutis.
El padre José Allamano, nacido en 1851, también será canonizado. Después de ser ordenado sacerdote, su sueño de ser misionero se vio truncado por su salud frágil, pero dedicó su vida a la dirección del Santuario de Nuestra Señora de la Consolata en Turín y fundó el Instituto de Misiones Consolata en 1901. Su beatificación en 1990 fue seguida por un milagro atribuido a su intercesión: la curación inexplicable de un indígena yanomami atacado por un jaguar en 1996, quien se recuperó completamente tras ser operado y recibir oraciones invocando a Allamano.
Entre los decretos firmados por el Papa también se incluye la beatificación del Venerable Juan Merlini, sacerdote de la Congregación de los Misioneros de la Preciosísima Sangre. Nacido en 1795, dedicó su vida a la congregación y fue estimado por el Papa Pío IX. Un milagro atribuido a Merlini es la recuperación repentina de un hombre en estado crítico en 2015, tras colocar una reliquia suya en la cama del enfermo.
Los decretos también reconocen historias de martirio. Estanislao Kostka Streich, un sacerdote polaco asesinado en 1938 durante la misa por un comunista, será beatificado. Su dedicación a los obreros y a los desfavorecidos lo convirtió en un blanco para los comunistas de Luboń. También será beatificada María Magdalena Bódi, una laica húngara que fue asesinada en 1945 por un soldado soviético tras defender su voto de castidad y ayudar a los necesitados durante la Segunda Guerra Mundial.